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EL LUGAR DE LOS PADRES EN LA ALFABETIZACIÓN
MEDIÁTICA DE LOS HIJOS
/THE FAMILY ROLE IN THEIR CHILDREN MEDIA
EDUCATION
Doctora en Periodismo. Miembro de Kids & Com
Resumen
En esta comunicación pretendemos difundir los resultados de una investigación
dirigida a analizar los procesos de mediación de los padres en el uso y consumo televisivo infantil y las estrategias de alfabetización mediática desplegadas en el hogar. La metodología utilizada ha sido cualitativa. Hemos hecho 48 entrevistas en profundidad a padres y/o madres con hijos de entre 4 y 12 años de la Comunidad de Madrid. A pesar de las diferencias entre los diferentes contextos de recepción televisiva infantil detectadas, podemos afirmar que la mediación se ejerce de forma deficiente y que prácticamente no existen estrategias de alfabetización mediática en los hogares.
Palabras clave: Infancia, televisión, alfabetización, contexto recepción y
mediación.

Abstract
In this paper we intend to disseminate the results of a study intended to analyze
the process of mediation of parents in children's television use and consumption
and the media literacy strategies deployed in the home. The used methodology was qualitative. We have done 48 interviews in depth to parents and / or mothers with children between 4 and 12 years of the Community of Madrid. Despite the differences between the detected different contexts of children's television viewing, we can say that mediation is poorly exercised and there are virtual y no strategies in the home for media education.
Keywords: Children, television, education, reception context and
mediation.

Introducción


Existe un amplio consenso y una extendida sensibilidad en nuestra sociedad
sobre la necesidad de velar por la protección de la infancia en el uso de las
tecnologías de la comunicación y de la información, y de asegurar un entorno comunicativo que garantice e incluso ayude a un correcto desarrol o de los menores. Esta preocupación presente en el imaginario social, queda constatada por la acción de distintas iniciativas de la sociedad civil orientadas a garantizar los derechos de la infancia y de la juventud frente a algunos abusos de los medios de comunicación como OCTA, Observatorio de Contenidos Televisivos Audiovisuales, que acaba de difundir un informe donde recoge alrededor de 100 vulneraciones de las televisiones privadas a la Ley General de Comunicación Audiovisual en materia de infancia. Esta preocupación de la sociedad civil también está presente en las políticas de regulación del gobierno como la ley a la que acabamos de hacer alusión que exige el cumplimiento del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia, que entre otras cuestiones obliga a las cadenas a respetar el horario protegido evitando lenguajes indecentes y escenas de sexo o violencia. A pesar de esta sensibilización generalizada y de la aceptación general de que hay que velar por los derechos de la infancia y protegerla de los abusos de la televisión y de cualquier otro medio de comunicación, que en algunos casos los vulneran, la realidad es que como constata el informe de OCTA, las políticas de regulación, escasas, sin el desarrol o suficiente y en algunos casos ni siquiera aplicadas, no son eficaces (Fuente Cobo, 2009) y no han conseguido cambiar el panorama audiovisual preocupante para muchos. El debate sobre la calidad de sus contenidos televisivos ha sido una constante desde que apareció el medio, y el pensamiento crítico negativo, alentado desde distintas instituciones políticas y educativas, es idiosincrásico en nuestro país sobre todo a partir de advenimiento de las televisiones privadas en los años 90 cuando la encarnizada lucha por las audiencias convirtió el medio en un servicio económico; en un negocio cuya máxima es ganar dinero en aras de otros valores no tan rentables como la difusión de la cultura, la educación de las sociedades, la libertad de información, la diversidad de opinión y el pluralismo. En este contexto ¿qué lugar ocupa el público infantil en las estrategias de las cadenas, y la programación infantil en la lógica programática? La población infantil no tiene casi ningún valor en la industria televisiva. En primer lugar por el peso de la infancia en la población. Los niños de 4 a 12 años, target de edad infantil en el mercado televisivo, representan un 8,7% de la población española total según datos del padrón municipal 2010 del INE. Si a este dato le sumamos que la infancia no tiene valor en el consumo general de bienes y servicios y que el target infantil-juvenil es el que menos televisión ve si lo comparamos con el resto de franjas de edad, -159 minutos al día los niños de 4 a 12 años y 148 los jóvenes de 13 a 24-, es fácil dar por supuesto que no son tenidos en cuenta por los programadores a la hora de construir parril as que en la actualidad no contienen espacios producidos para los más pequeños, con alguna excepción en las televisiones públicas. Los canales temáticos infantiles-juveniles de la TDT -Clan TV, Disney Channel y Antena Neox- han supuesto un incremento cuantitativo de la programación infantil pero la mayoría de la programación ofertada y publicitada como infantil en estos canales es poco adecuada: no hay una diversificación de los contenidos según las necesidades, gustos y preferencias de cada grupo de edad dentro de la franja comprendida entre los 0 y los 18 años; se programan contenidos para adultos publicitados como infantiles como es el caso de comedias de situación que utilizan el formato del dibujo animado; la mayoría son de producción japonesa o norteamericana y antiguos; muchos de los programas infantiles giran en torno a la lucha y la fuerza física con tintes violentos y al terror; y en algunos las narrativas tienen un alto contenidos erótico y sexual. Hay algunas excepciones de calidad en Clan, el canal temático infantil de la televisión pública, que programa algunos contenidos infantiles desde el punto de vista de la producción, la temática y la narrativa y que apuesta por producciones nacionales y que compra algunos productos en el mercado europeo. Por otro lado, los hábitos de consumo de los niños en los últimos 5 años están cambiando de forma notable. Se generaliza el uso individualizado de la televisión por encima del consumo dual o grupal tradicional del medio, lo que significa que cada vez más niños tienen una televisión para uso autónomo y que padres e hijos coinciden menos delante del medio. Además, cuando más televisión ven es en horario de prime-time, cuando se emiten principalmente series ficción como Física y Química, Los Protegidos y El Internado o realities para adultos. En este escenario, nos hemos propuesto estudiar el papel de los que consideramos los principales responsables del uso y consumo que hacen los menores de la televisión: los padres. Por encima de las políticas de protección de la infancia en materia audiovisual y de la propia responsabilidad de los gestores de los medios, consideramos que es en la familia, primer escenario de apropiación de sentidos y significaciones, donde el niño debe aprender a hacer un uso adecuado del medio. En esta comunicación pretendemos difundir los principales resultados de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología: “Producción de contextos de recepción de la audiencia infantil en España: el lugar de la familia” (SEJ2005-05805). Este proyecto de investigación sitúa a los padres como principales agentes socializadores del niño en las relaciones que establecen con la televisión en el hogar; a los padres como principales responsables de la educación de los hijos frente a otras fuentes de mediaciones como puede ser la televisión. El objetivo ha sido detectar y analizar los procesos de mediación de los padres entre sus hijos y el medio y las estrategias de alfabetización mediática desplegadas por los padres. Con este proyecto hemos tratado de verificar la hipótesis de que la familia está perdiendo protagonismo en el desarrol o de los hijos frente a la fuerza socializadora de la televisión y de la necesidad de la alfabetización mediática para padres para que puedan responder a su obligación de mediar adecuadamente y educar a los hijos en el consumo de medios. Marco teórico

Los estudios culturales británicos de los 90 ya incidían en la idea de que las
audiencias recurren al contexto como suministrador de recursos en su proceso de descodificación de mensajes audiovisuales. El marco en el que el individuo opera se considera fundamental a la hora de hablar de efectos. Morley, inspirado en el modelo de Hal (1980), distingue tres posiciones que puede tomar el decodificador ante el mensaje codificado: “1. Aceptar plenamente el sentido que le ofrece el marco interpretativo que el mensaje propone y prefiere; 2. Hacer propio el sentido codificado, pero relacionando el mensaje con cierto contexto concreto o situado que refleje su posición o sus intereses, con lo cual el lector puede modificar o torcer parcialmente el sentido preferencial; o 3. Puede discernir el contexto en que fue codificado el mensaje y aportar un marco de referencia distinto que deje de lado el marco codificado e imponga al mensaje una interpretación que opere en directa oposición” (Morley: En última instancia es la propia audiencia la que dota de sentido al contenido; puede adherirse al código dominante, establecer un código negociado o crear un código de oposición. En el caso de las audiencias infantiles, el contexto natural y más cercano al propio niño en el que éste establece sus relaciones con el medio y donde debe encontrar los recursos necesarios para negociar con sus significados es la familia (Torrecil as, 2010). La clave para que los niños interpreten los mensajes audiovisuales de forma adecuada, sin necesidad de verse directamente influenciados por contenidos poco adecuados, está en la formación para hacer un uso productivo del medio. El gran reto de los padres se sitúa en crear contextos de recepción televisiva infantil apropiados, es decir, favorecer en los hogares las condiciones físicas – número y lugar que ocupan las televisiones- e intelectuales –competencias para interactuar con los mensajes- necesarias para contrarrestar la indiscutible El fundamento teórico de esta línea de investigación procede no sólo del ámbito de la comunicación, sino también de la sociología y de la psicología social, lo que pone de manifiesto el carácter interdisciplinario de este tipo de estudios. Como ponen de manifiesto las teorías del desarrol o emergentes1 -epigénesis o perspectiva ecológica-, en el desarrol o infantil o en el proceso de socialización de los niños, no se puede estudiar el comportamiento del niño o la adopción de valores y actitudes si no tenemos en cuenta el entorno en el que el niño crece como elemento constitutivo que explica el comportamiento humano. De este modo, la interacción con los otros, en el caso de nuestra 1 “La ecología del desarrol o humano comprende el estudio científico de la progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en desarrol o, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrol o, en cuanto este proceso se ve afectado por las relaciones que se establecen entre los entornos, y por los contextos más grandes en los que están incluidos los entornos” (Bronfenbrenner, 1987: 40). Cabe considerar varios aspectos que son importantes en nuestro estudio: no se considera a la persona como una tabula rasa sobre la que actúa el ambiente, sino como una entidad creciente, dinámica, que se adentra y reestructura el medio en el que vive; la interacción de la persona con el ambiente es bidireccional o recíproca; y el ambiente no es sólo el más inmediato sino que se extienden para incluir las interconexiones entre entornos y las influencias externas que emanan de los entornos más amplios (Bronfenbrenner, 1987: 41). investigación nos referimos a la relación padres-hijos, condiciona la forma en la que el niño va a relacionarse con el medio y el modo en el se verá afectado por el mismo (Torrecil as, 2011). Por el o, el objetivo principal de nuestro estudio consiste en analizar las características de la mediación familiar en los procesos de recepción televisiva infantil. Podemos definir el contexto como la unidad básica de análisis del entorno, escenario específico, concreto y particular en los que se observan tipos de conducta regulares (Martí, 2005: 140-141). El contexto de recepción televisiva infantil es la unidad básica de análisis de las relaciones entre el niño y la televisión, escenario específico, concreto y particular en el que observar la conducta del niño en relación al televisor. El concepto fundamental en el campo de la recepción es el de mediación entendida como “instancia cultural desde donde el público de los medios produce y se apropia del significado y del sentido del proceso comunicativo” (Martín Barbero, 1987) o como “proceso estructurante que configura y reconfigura tanto la interacción de los miembros de la audiencia con la televisión como la creación por el os del sentido de esa interacción” (Orozco, 1996: 74). Las audiencias infantiles, al igual que las audiencias en general, interactúan con la televisión a partir de condicionamientos determinados por la mediación de los diferentes contextos “Es necesario por tanto comprender el entorno de la televisión como un entorno estimular que vehicula información en formas nuevas, y analizar los diversos mecanismos y modalidades en que la información culturalmente mediada se presenta” (Del Río, 2004: 109). La familia es fundamental en el estudio de la interacción social. Es el lugar en el que el niño va a asimilar las dimensiones más significativas de la interacción. Es donde se instaura el proceso de socialización del niño, donde se constituyen los esquemas relacionales que influirán en la forma de relacionarse con los otros en el futuro y es donde se producen las relaciones afectivas más profundas (Dominique Picard, 1992: 155). La familia “representa a la vez un modelo y un ejemplo del sistema interactivo que implica una especialización de roles y actitudes, una relación de lugar, normas relacionales y un conjunto de representaciones y valores que orientan las conductas” (Dominique Picard, 1992: 155). “La familia es –al igual que en los restantes aspectos del desarrol o del niño- uno de los agentes mediadores más determinantes en la relación que el niño establezca con la pequeña pantal a, tanto en lo que respecta a los tiempos y dietas de consumo, como en los modos de visionado de contenidos y los posibles beneficios o perjuicios cognitivos y morales que deriven de esa relación” (Del Río, 2004: 286). Las investigaciones desarrol as en España2 sobre mediación familiar coinciden en señalar a los padres como potenciales mediadores en la relación del niño y la televisión, “ya sea como mediador que potencia la resistencia a efectos o como amplificador. (…) Cabe admitir la relación causal entre medio de 2 Algunas investigaciones centradas en el análisis de la familia como contexto más cercano al niño en el éste ve televisión (sobre mediación parental o familiar) son abordadas por Aparici y otros (1994), Nuria García Múñoz (1997), Vílchez Martín (1999) o García Cortazar y otros comunicación, familia y niño” (García Matil a, 2004: 16). “Visto desde esta perspectiva, la relación del niño con la televisión es más comprometedora para los propios entornos familiares que para los programadores y los empresarios” (Núñez Ladevéze, 2006: 172).
Metodología
En esta investigación cualitativa hemos empleado la técnica metodológica de la
entrevista en profundidad porque consideramos que es la forma de interacción verbal más adecuada para los objetivos planteados ya que nos permite recibir información directamente de los padres y conocer cómo medían en la relación de sus hijos y el televisor, profundizando en el significado que el os mismos dan La muestra está compuesta por 48 familias de la Comunidad de Madrid. Los sujetos entrevistados han sido padres o/y madres con hijos de entre 4 y 12 años de Madrid capital y metropolitano. Para la selección de los perfiles se han tenido en cuenta dos criterios: la posición en la estructura social y el número de hijos. Se han distinguido cuatro grupos según la clase social: clase media alta, clase media-media, clase media-baja y clase baja. Los factores que hemos considerado que determinan las distintas clases sociales son principalmente la formación y ocupación de los padres, el nivel adquisitivo y el lugar de residencia. La razón de la selección de este criterio es que los sujetos le dan un significado subjetivo y hacen una apropiación del medio según sea el sector social en el que viven inmersos, entendido éste como grupos de personas con condiciones de existencia y prácticas determinadas. Se puede comprender el uso que los sujetos hacen de la televisión considerando dos principios rectores, la forma de consumo -cómo ven televisión-, y las estrategias o la proyección de sentido en relación con la televisión. La hipótesis es que existen estructuras en función de estos principios rectores. Las vivencias de usos son paralelas a las El criterio que hemos aplicado para la selección de los perfiles es de representatividad sustantiva, es decir, en lugar de reproducir a pequeña escala las características de la sociedad hemos tratado de cubrir las situaciones sociales de interés para la investigación. Todas las entrevistas han sido transcritas y se ha procesado la información en fichas generales para cada perfil y en fichas de integración local codificando la información por secciones según los temas objeto de estudio, para luego interpretar los datos y presentar resultados.
Principales resultados de la investigación
La mediación familiar
La mediación familiar es el término que utilizamos para definir la forma en la
que los padres intervienen en la relación que sus propios hijos establecen con la televisión. Consideramos, a la luz de la teoría -tanto desde la comunicación como desde la sociología- , que es el elemento más importante de todos porque explica la forma de recepción televisiva infantil que desarrol an los niños
Una de las primeras realidades que hemos podido percibir a través del análisis
de las entrevistas en profundidad realizadas, es que los padres en ese ejercicio
de mediación familiar conjugan por un lado la mediación preferente o patrón de conducta que sostienen en su conciencia con la mediación efectiva o conducta La mediación preferente es el ideario o conjunto de ideas que sostienen los padres en sus predisposiciones volitivas sobre la televisión, y más concretamente, sobre cómo debe ser la relación entre los niños y la televisión. Este guión proviene de las capacidades, de la propia historia y de los valores y principios de los padres. La esfera de significación que los padres interiorizan sobre televisión teóricamente daría sentido a los comportamientos que normalizan en sus propias relaciones con el medio y que luego inculcan a sus hijos. En el ideario de los padres se sitúan los criterios sobre cómo sus hijos deben y no deben hacer uso de la televisión. Para profundizar en la mediación preferente los indicadores estudiados han sido: los criterios generales que los padres sostienen sobre el medio; la representación del medio en sus hogares; la valoración del medio como fuente de influencias y la valoración de su posible La mediación efectiva es el modo en el que los padres materializan el ideario que tienen sobre televisión en su forma de comportarse en relación a sus hijos y la televisión, o dicho de otra manera, la mediación efectiva hace referencia a la forma en la que los padres interactúan o medían entre sus hijos y el televisor, en principio, a partir del significado o ideario que los padres tienen sobre este medio. Para estudiar la mediación efectiva hemos indagado en los siguientes indicadores: sugerencias, consejos y alternativas ofrecidas a los hijos; prohibiciones o normas sobre televisión; medidas de control e impedimentos
Características de la mediación en la recepción televisiva infantil
La recepción televisiva infantil es un proceso complejo que define la naturaleza
de la relación que el niño establece con la televisión. El proceso abarca el uso y consumo que hace el niño del medio, el modo de relacionarse con el mismo, las características de los productos consumidos y la mediación de todos entornos con los que el niño se interrelaciona en su vida cotidiana: sus características biológicas, la escuela, el grupo de iguales, la familia, la propia televisión y la cultura. Esta realidad que hemos constatado en el curso de nuestra investigación pone de manifiesto, por un lado, la dificultad a la hora de afrontar un estudio de la recepción porque es imposible abarcar el objeto de estudio en su totalidad y, por otro, que no existen dos procesos de recepción televisiva infantil iguales por lo que tratar de detectar cómo influiría un determinado contenido en la infancia es una cuestión a la que es prácticamente imposible responder. Lo que sí es posible es analizar cuáles son las condiciones necesarias para frenar o contrarrestar el poder socializador de la televisión. Ésta es la razón por la que las perspectivas más contemporáneas sobre comunicación apuntan en sus líneas de investigación a la alfabetización mediática como una de las vías más importantes para crear el ambiente adecuado para que los medios pierdan protagonismo como suministradores de criterios normativos frente a otros agentes como la familia y la escuela que sí tienen esa obligación de erigirse en referentes de valores, criterios y pautas de conducta. Después del estudio pormenorizado de todos los indicadores de mediación familiar, a pesar de que los contextos son cada vez más individualizados y de las peculiaridades de cada contexto según la posición en la estructura social, hemos podido detectar similitudes en todos el os que nos han permitido generalizar que la mediación familiar en los hogares es deficiente. Los padres no cumplen con su responsabilidad mediadora. Las razones que nos han l evado a hacer esta afirmación son las siguientes: - Los padres no tienen un discurso sólido sobre televisión. Conocen muy bien el discurso que está en el imaginario social pero cuando tratan de personalizar esas ideas se excluyen. Es como si la televisión que hay en sus casas fuera diferente de las del resto. - A pesar de la deslegitimación social del medio presente en el discurso de todos los perfiles entrevistados la televisión sigue siendo el aparato estrel a de los hogares. Todas las familias entrevistadas han tildado a la televisión de mala calidad, de manipuladora y han criticado sus políticas de programación por el exceso de contenidos sensacionalistas, violentos y eróticos, sobre todo en horario infantil. Al contrario de lo que se vaticinaba, el acelerado crecimiento en el uso y consumo de nuevas tecnologías como Internet no ha influido en las audiencias de televisión, hasta el punto de que el consumo en la temporada 2009-2010 aumentó hasta los 239 minutos por persona y por día, 4 más que en la anterior temporada. Ésta es la gran paradoja de los contextos de recepción - Los padres relativizan las influencias del medio. Es curioso cómo los padres atribuyen a la televisión un importante poder socializador del que se excluyen a el os y a sus hijos cuando hablan de ese poder socializador en sus hogares. Atribuyen a la televisión capacidad de influir en cuestiones muy determinadas como sobre el consumo a través de la publicidad o en el lenguaje pero no son conscientes de la fuerza socializadora real del medio. Por tanto, conocen el discurso presente en el imaginario social pero no lo han interiorizado Se detecta - Padres e hijos cada vez coinciden menos delante de la televisión. Hemos podido constatar cambios importantes en el uso y consumo del medio. Frente al tradicional carácter familiar de la televisión se empieza a generalizar el uso en solitario. El cambio está favorecido por la multiplicación de aparatos en las casas y por la fragmentación de las cadenas que amplía la oferta. Comienza a normalizarse el que los hijos tenga un televisor para uso autónomo. Esta realidad constatada favorece la inhibición paterna en la mediación porque resulta más difícil para los padres controlar lo que los hijos ven y porque cuando el televisor está en un espacio que forma parte de las posesiones del hijo la fuerza normativa del mandato, en el caso de que existiera, pierde valor. - Los padres desconocen los contenidos que ven los hijos. Este hecho, favorecido por el uso individualizado del medio, implica que los padres no perciban peligros porque ignoran las características de los mensajes difundidos por los programas que ven sus hijos. En el caso de contenidos ofertados y programados como infantiles pasa lo mismo; los padres desconocen los contenidos y confían plenamente en que los contenidos emitidos en canales infantiles son adecuados al estadio evolutivo de los hijos. Este desconocimiento favorece el que los hijos visualicen programas que son perjudiciales para su desarrol o por la confianza que los padres depositan en la propia industria que como hemos visto en la introducción de este trabajo, no está sensibilizada con la protección de la infancia y programa como infantiles, por ejemplo, series para adultos que utilizan el formato del dibujo animado - No existen normas ni prohibiciones sobre uso y consumo de televisión en los hogares. Este indicador es el más significativo para describir la mediación familiar. Hemos constatado que los padres no imponen criterios sobre televisión en sus hogares a través de mandatos. Los padres reaccionan de forma improvisada frente a lo que puedan considerar excesos en el tiempo de consumo y frente a contenidos violentos, sexuales o eróticos. En estos casos los padres exigen apagar la televisión o cambiar de canal. Las pocas normas que hay son improvisadas y, por tanto, inconsistentes por lo que no calan en los patrones de conducta de los hijos. Los padres hacen una supervisión muy superficial del uso que hacen los menores del medio. Los padres afirman con rotundidad que en sus hogares no hay normas ni prohibiciones. Esta permisividad responde al miedo a ser autoritarios - Los padres no ofrecen consejos ni sugerencias sobre televisión a los - Los padres no ofrecen a los hijos alternativas dentro de la propia televisión. La reacción más habitual de los padres frente a contenidos que están visualizando los hijos es o apagar el aparato o cambiar de canal sin prestar atención al nuevo contenido visualizado. Las alternativas fuera de la televisión tienen que ver con la capacidad - No existen estrategias de alfabetización mediáticas en los hogares. La televisión no forma parte del programa educativo de los padres. En ningún caso nos hemos encontrado con alguna familia que hubiera desplegado estrategia alguna para enseñar a los hijos a decodificar mensajes en los medios y a evaluar críticamente productos audiovisuales en muchos casos incomprensibles para los más - Existen muchos impedimentos que favorecen en la inhibición paterna en su responsabilidad mediadora. Entre esos impedimentos destaca la imposibilidad de estar en el hogar en el tiempo de ocio de los hijos por las obligaciones laborales. Además de esta dificultad de conciliar vida familiar y laboral destacan otros impedimentos como el cansancio o el miedo a aislar al niño en su grupo de iguales si dejan de ver los

Conclusiones. La mediación activa
Después de la exposición de resultados podemos reafirmarnos en la situación
de desprotección que padece la infancia en el actual entorno mediático. Si a la falta de sensibilización de la industria y a la ineficacia de las políticas de regulación sumamos la inhibición paterna en su responsabilidad mediadora es evidente que los niños están solos en sus relaciones con los medios de comunicación. Podemos confirmar la hipótesis de que la familia está perdiendo protagonismo en el desarrol o de los hijos frente a la fuerza socializadora de la televisión porque supera en atractivo y credibilidad a unos padres que no despliegan ninguna estrategia en sus hogares para que los niños aprehendan, comprendan y asimilen los mensajes televisivos de forma adecuada y contrarrestar así el poder de la televisión como referente en la infancia y la La falta de formación de los padres es una de las razones que motiva el que no tengan conciencia real del problema y relativicen el poder de influencia del medio. Además de este desconocimiento generalizado, el origen de la inhibición paterna es mucho más profundo y complejo y tiene que ver con la forma que tienen los padres de concebir la educación de los hijos como un proceso autónomo del menor que hay que supervisar pero en el que no hay que intervenir de forma autoritaria a través de normas o prohibiciones. La mayoría de los padres han hecho alusión a su deseo de educar a los hijos en En este escenario es necesario implicar a los padres en el uso y consumo que hacen los hijos de los medios de comunicación. El punto de partida indispensable es la formación de los padres; la alfabetización mediática destinada a padres. La mediación activa, es decir, aquel a situación en la que los padres se implican en la instrucción, guía y control del uso que hacen los menores de los medios es imposible si no cuentan con las competencias necesarias para realizar esas funciones. Es necesario establecer cauces para la formación de padres desde las instituciones educativas. Una vez que los padres tienen la formación suficiente y deciden participar en la educación mediática de los hijos nosotros proponemos tres acciones para la mediación activa: 1. Establecer reglas de comportamiento en relación a la televisión, 2. Idear y aplicar un programa de instrucción sobre televisión para sus hijos y 3. Ejercer un seguimiento y control del uso y consumo de medios que hacen los hijos en el hogar. Pensamos que los criterios normativos en el hogar son fundamentales para inculcar pautas de conducta en los hijos. Implica recuperar la autoridad paterna que muchos padres, como ha quedado patente en el estudio, confunden con autoritarismo. Se trata de normas fundadas en el consenso, de una autoridad ejercida de forma participativa y de una normativa estable y fundada en principios estables. El programa de instrucción debe estar encaminado a que los hijos conozcan la naturaleza de la industria audiovisual, conocer el lenguaje, herramientas y códigos audiovisuales y aportar recursos a los hijos para el filtrado crítico y autónomo. El seguimiento y control exige De esta manera los padres lograrán crear las condiciones necesarias para construir contextos de recepción televisivos infantiles positivos que contrarresten el poder de seducción de la pantal a.
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Source: http://www.cntv.cl/prontus_cntv/site/artic/20120410/asocfile/20120410160734/el_lugar_de_los_padres_en_la_alfabetizaci__n___teresa_torreciilas.pdf

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